Habitaciones obstinadas,
Es de noche. En el cielo las estrellas iluminan el firmamento. En la terraza las rosas despliegan su aroma. Me aprovisiono con lápices de IKEA, y las ideas surgen de su madriguera. Accedo a la habitación obstinada. Donde puedo encontrarme con el sonido del silencio y el sillón de las letras extraviadas. El raudal imaginativo se manifiesta en cuanto cierro la puerta, y me susurra todos los secretos de la noche. Un rostro surge de la oscuridad y su sonrisa cae en mis manos, y el sonido de su música me trae su mirada y su voz. Y su recuerdo se enreda en mi cabeza como una enredadera, y el tiempo se cuela entre mis nubes. Y las palabras cruzan mis labios, salen despacio de mi existencia queriendo decir lo que no dicen, y en su desnudez, despojadas de toda adjetivación sus gritos resuenan sobre el papel, estallando un reclamo de atención: léeme, le digo a ese cuerpo invisible, léeme antes del amanecer, y en el silencio de la noche yo le respiro a esa alma indecible, sin encontrarla. Así son los enigmas de las habitaciones obstinadas.
Badalona, 22 de mayo de 2012