Buscando el sentido del silencio escuche la fuerza de la lluvia al golpear los cristales de la vieja casa. Aquella casa de la infancia llena de dulces olores y recuerdos entrañables.
Buscando el sentido del silencio vi tus ojos siempre vivos, llenos de luz, de alegría, de espontaneidad, de humor, de razones, de pasillos prolongados; me deje llevar por tu mirada y me perdí en tu laberinto ocular.
Buscando el sentido del silencio me encontré de golpe con el sonido de tus palabras y fueron ellas, traviesas, las que me obligaron a vagar por este universo de sombras misteriosas.
Buscando el sentido del silencio penetre con cautela en una conversación reservada, y escuche el miedo a la soledad de la vejez.
Buscando el sentido del silencio me vi arrojada a un camino de única dirección: la palabra
Badalona, 3 de octubre de 2012